Meta apuesta por la energía nuclear para su infraestructura de inteligencia artificial

En un importante movimiento estratégico, Meta ha firmado un acuerdo de veinte años con la empresa energética Constellation Energy, asegurando así el suministro exclusivo de electricidad limpia generada en la central nuclear de Clinton, ubicada en el condado de DeWitt, Illinois. Esta colaboración busca no solo cubrir las necesidades energéticas de la compañía para el funcionamiento de sus centros de datos y sistemas de inteligencia artificial, sino también revitalizar una planta que se acercaba a su cierre por razones económicas.

La demanda de capacidad computacional para entrenar y operar modelos de inteligencia artificial se ha disparado, y con ella el consumo eléctrico de gigantes tecnológicos como Meta. La compañía dirigida por Mark Zuckerberg responde así con un paso hacia fuentes de energía libres de carbono, comprometida con sus objetivos de sostenibilidad. Esta iniciativa no solo garantiza una fuente energética estable, sino que también salva más de 1100 empleos locales y asegura ingresos fiscales clave para la comunidad.

El reactor de Clinton, con una capacidad de 1.121 megavatios, había enfrentado dificultades financieras en el pasado, sobreviviendo gracias al programa estatal de créditos por emisiones cero (Zero Emission Credit, ZEC). La expiración de este esquema en 2027 amenazaba con forzar el cierre de la planta. Con la inversión de Meta, la planta no solo mantendrá sus operaciones, sino que también se modernizará para aumentar su eficiencia energética.

Una tendencia creciente en el sector tecnológico

Esta acción por parte de Meta no es un caso aislado dentro de la industria. Microsoft, por ejemplo, colabora en la reactivación de una unidad en Three Mile Island, famosa por el mayor accidente nuclear de la historia de Estados Unidos. Amazon y Google exploran soluciones innovadoras, incluyendo los SMR (Small Modular Reactors), una tecnología de reactores nucleares compactos, más seguros y flexibles.

El impacto económico se extiende mucho más allá de la producción energética. Solo en Illinois, mantener operativa la planta de Clinton evitará una pérdida anual estimada de 765 millones de dólares en el producto interno bruto estatal y evitará la emisión de unas 34 millones de toneladas métricas de CO₂ en las próximas dos décadas—equivalente a las emisiones anuales de más de siete millones de automóviles.

Además del acuerdo vigente, Meta ha lanzado una solicitud abierta para proyectos nucleares a largo plazo, con el objetivo de añadir entre 1 y 4 gigavatios de capacidad energética adicional. Se espera que esta convocatoria culmine en nuevas plantas, posiblemente incluso dentro del propio estado de Illinois, donde ya existe infraestructura favorable y mano de obra calificada.

Un ejemplo para el futuro de la energía limpia

El acuerdo entre Meta y Constellation podría convertirse en un modelo replicable por otras grandes corporaciones que dependen de procesamientos masivos. La transición hacia fuentes de energía nuclear modernas y limpias parece ofrecer una solución viable al desafío de escalabilidad energética que enfrenta la IA.

En este escenario emergente, los centros de datos del mañana podrían depender menos de fuentes intermitentes como la solar o eólica, y más de plantas nucleares reactivadas o rediseñadas para responder con precisión a las exigencias del cómputo intensivo. Y al mismo tiempo, se abrirían nuevas oportunidades económicas para regiones antes amenazadas por cierres energéticos o desindustrialización.

La combinación de sostenibilidad ambiental, seguridad energética y crecimiento económico sitúa a la energía nuclear en el centro de una revolución silenciosa en la infraestructura digital de la inteligencia artificial.